De Austrias a Borbones: construcciones visuales
en el Barroco hispánico

LÓPEZ-GUADALUPE MUÑOZ, Juan Jesús, DÍAZ GÓMEZ, José Antonio y CONTRERAS-GUERRERO, Adrián (eds.)

Universidad de Granada, Granada, 2021

ISBN: 978-84-338-6898-5

Según la Real Academia Española, el término construcción hace alusión al «arte de construir algo». Por tanto, no es asunto baladí el elocuente título escogido para la obra protagonista de este comentario bibliográfico. De Austrias a Borbones: construcciones visuales en el Barroco hispánico, es el resultado de la compilación de las contribuciones académicas de quienes participaron en el simposio titulado José Risueño y su época (1665-1732) en el año 2018. Dicha publicación debe ser entendida junto a Mecenazgo, ostentación e identidad: estudios sobre Barroco hispánico, puesto que ambas son fruto del esfuerzo vertido por los investigadores que intervinieron con sus comunicaciones en dicho simposium. Los fondos del Proyecto de I+D HAR-2017- 83017P y del Grupo HUM-362 de la Universidad de Granada permitieron su llegada a imprenta.

Este tipo de libros favorecen, en gran medida, el estudio de temáticas en su mayoría desconocidas a la par que interesantes, con unas aportaciones rigurosas de gran impacto científico en el ámbito de las humanidades. Tanto es así, que el lector va a poder disfrutar de un recorrido meditado a lo largo de una obra muy bien estructurada y que cubre unas expectativas dignas de mencionar.

La distribución de contenidos parte de una división muy conveniente, encabezada por una introducción, a la que siguen diferentes capítulos que reúnen las magníficas intervenciones de los autores participantes vinculados a universidades e instituciones culturales.

Así, Inmaculada Arias en «De Austrias a Borbones: la España que vivió José Risueño (1665-1732)», practica un ejercicio historiográfico necesario para la correcta compresión de los cambios políticos e institucionales, la acción del Estado, las relaciones internacionales y la restitución demográfica de España en la época del escultor y pintor barroco granadino José Risueño. Todo ello es elemental para comprender la realidad de Risueño así como su contexto, clave para el desarrollo de su obra.

El segundo apartado, titulado «La vida de las formas. Procesos creativos y usos de la imagen», recoge excelentes aportaciones sobre el proceder artístico de la época, muy influenciado por un imaginario común asentado que condicionó la construcción de diferentes identidades artísticas que permiten vislumbrar concomitancias entre sí. Adrián Contreras-Guerrero señala, en un estudio singular, las argucias que los artistas, caso del pintor Pedro Atanasio Bocanegra, empleaban para suplir carencias, tales como la imitación de los grabados y fuentes gráficas, a partir de un caso particular extrapolable a muchos de sus contemporáneos. En este sentido, Sara Gutiérrez demuestra la capacidad de inventiva que en muchos casos partía de la inspiración surgida tras el conocimiento de las obras más valoradas del Barroco por parte de los plateros, centrándose en Joan Matons. A este respecto, la iconografía toma un papel relevante en la transmisión de la doctrina católica, tal y como manifiesta Beatriz Rodríguez con el estudio del programa iconográfico del colegio de la Compañía de Jesús de Granada.

En el tercer apartado, «Entre el gremio y el taller. Estudios de artistas», se abordan cuestiones concernientes a la labor del artista y la relevancia de su intervención a través de la artesanía e inventiva propia. En el caso de las artes decorativas, contamos con una contribución excelente sobre el platero Tomás Sánchez Reciente y sus bustos de plata por parte de Antonio J. Santos Márquez. En línea con lo expresado podemos disfrutar de la correcta actualización y puesta en valor de las actividades desempeñadas por artistas para el seno de las hermandades. Pedro M. Martínez Lara y Francisco J. Herrera García respaldan este argumento con el maestro entallador Miguel Franco y su labor insustituible en la configuración idiosincrática de la archicofradía de la O de Sevilla. Subrayamos que el tratamiento de materias hasta el momento desconocidas es notable en esta publicación, puesto que en ella se halla un estudio pormenorizado de la escuela granadina pictórica del Barroco tardío, cuyo protagonista es José Risueño y su intervención en la casa de San Gregorio Bético de Granada por parte de José Antonio Díaz. Asimismo, José Roda Peña proporciona datos inéditos, cual monografía, sobre la intervención y trabajo del escultor y ensamblador hispalense Antonio de Quirós.

El cuarto apartado, «Problemas iconográficos», asume contenidos relacionados con José Risueño y su influjo en la materialización de la iconografía de San Miguel en la diócesis de Baeza-Jaén, igualmente circunscrita a Torcuato Ruiz del Peral, tal y como asegura Pablo J. Lorite. De igual modo cobra protagonismo la iconografía del niño Jesús dormido por parte de Risueño, esta vez usando como material la terracota policromada, tema desconocido hasta el momento por este artista, lo que supone una gran colaboración entre José J. Gómez y María E. Roldán. Javier González Torres analiza la íntima relación entre iconografía, liturgia y espectáculo a partir de una dolorosa que pretendía albergar en su pecho un viril para la exposición sacramental, obra del escultor malagueño Fernando Ortiz.

El último apartado, «El Barroco después del Barroco. Historiografía y conservación», lleva a término de la mejor forma posible esta obra, con la inserción de asuntos que avalan la trascendencia e importancia del Barroco, llegando a ser recurrente la aplicación de sus particularidades hasta nuestros días. La Ilustración seguirá examinando a la obra barroca, y así lo muestra José Policarpo con los escritos de Fernando Marín Chaves, pintor académico interesado en la escultura granadina. De la misma manera se trata la recuperación del patrimonio escultórico granadino tras la Guerra Civil, de manos de Manuel Rubio y Emilio Caro. Las restauraciones son incluidas en esta publicación, puesto que develan datos hasta el momento inéditos sobre obras de gran envergadura, caso del San Rafael arcángel adscrito al círculo de Torcuato Ruíz del Peral, tal y como asevera Sergio Ramírez González. Por último, se analiza la relevancia de la obra en terracota, hasta el punto de que José Risueño la practicaba añadiendo así piezas de incalculable valor a las artes populares, con el estudio conjunto de Carmen Bermúdez y Lucía Rueda.

En suma, es una obra de obligada lectura para todo interesado en aquellos aspectos hasta el momento ignotos, por lo que afirmamos que se trata de una gran aportación a la investigación en el terreno de las humanidades. La inclusión de las artes decorativas y sus ricas particularidades eleva la calidad de esta publicación, lo que la hace imprescindible y un manual de referencia para la correcta interpretación del barroco hispano.

Iluminada Rodríguez Morgado

Universidad de Málaga