
Esta obra está bajo licencia internacional Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0.El objetivo del presente estudio consiste en determinar al mediador más adecuado para la invasión rusa de Ucrania. Para este fin, procedemos a estudiar los perfiles psicológicos de Vladimir Putin y Volodímir Zelenski. Para ello, recopilamos información de estudios y declaraciones de expertos. A continuación, analizamos el conflicto y las necesidades de las partes. Una vez hecho esto, establecemos el perfil del mediador más adecuado para el conflicto y proponemos al candidato que consideramos más acorde.
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The objective of the present study is to determine the most appropriate mediator for the Russian invasion of Ukraine. To this end, we proceed to study the psychological profiles of Vladimir Putin and Volodymyr Zelensky. To do this, we collect information from studies and expert statements. Next, we analyze the conflict and the needs of the parties. Once this is done, we establish the profile of the most appropriate mediator for the conflict and propose the candidate that we consider most appropriate.
Russian invasion of Ukraine, Mediator, Russia, Ukraine, Vladimir Putin, Volodymyr Zelensky.
La invasión rusa de Ucrania es uno de los acontecimientos bélicos más destacados de lo que llevamos de siglo. Desde la Segunda Guerra Mundial, ningún otro conflicto había provocado en Europa tal número de desplazados y tensiones internacionales. Debido a la enorme magnitud de este acontecimiento, la cobertura mediática sobre la guerra y sus consecuencias a nivel global ha sido constante. Como consecuencia de la lectura de estas noticias hemos sido testigos de grandes actos de destrucción, de miles de muertes, tanto de civiles como de soldados e incluso de la comisión de crímenes de guerra. Es en este momento cuando, al reflexionar sobre el conflicto, nos damos cuenta de algo. La deshumanización de la guerra. En relación al ingente número de víctimas señaladas, debemos recordar una cosa obvia pero que parece ser olvidada o conscientemente ignorada: cada número de víctimas mortales reportado significa la pérdida de una vida humana. De la complejidad que reviste lo anterior surge la imperiosa necesidad de valorar de forma real que se debe poner fin a este conflicto. De este modo, la cifra que vemos expuesta sobre una pantalla significa mucho más que un número, significa la pérdida de un ser querido, el dolor de una familia, el vacío en la vida de miles de personas que vieron a alguien marchar para nunca volver. Llegados a este punto nos preguntamos: ¿es realmente la guerra la única solución?
La respuesta a la anterior pregunta fue la principal motivación para el desarrollo de este estudio. Así pues, el interés por el ámbito de la mediación internacional, la búsqueda de nuevos conocimientos y el afán por acercar la paz a los pueblos ruso y ucraniano se combinaron para dar lugar a las páginas que componen este trabajo.
En lo que se refiere al tema que nos ocupa, esta investigación trata de establecer el perfil del mediador más adecuado para afrontar la realidad que supone la invasión rusa de Ucrania y, a su vez, proponer al candidato que mejor se adecúe al mismo. Sobre este enfoque, creemos conveniente resaltar la influencia de los estudios en el grado de Psicología de la persona que redacta estas líneas, aspecto que ha motivado la elección de este tema y que ha dado lugar a la perspectiva psicológica del mismo.
Para finalizar, por lo que se refiere a la relevancia del presente estudio, podemos advertir los siguientes aspectos. En cuanto a la relevancia teórica, este trabajo puede servir para ampliar las consideraciones psicológicas referentes a los patrones de personalidad en los procesos de mediación. De esta forma, se podría obtener una mayor visión del impacto de los rasgos de personalidad del mediador en el proceso y la interacción de estos con las personalidades de las partes implicadas. En lo que toca a su relevancia práctica, esta podría surgir de lo previamente comentado al poder seleccionar, apoyándonos de forma adicional en los patrones de personalidad de los Presidentes de Rusia y Ucrania, al mediador idóneo para poder llevar a cabo esta función en dicha controversia.
El presente trabajo se puede calificar como una investigación principalmente bibliográfica y deductiva, por lo que resultan esenciales las fuentes documentales utilizadas (monografías y artículos científicos, tanto en papel como en línea, así como otras fuentes de actualidad accesibles en la web). En lo que respecta a esto último, hemos priorizado la cita de páginas oficiales y relacionadas con las partes en conflicto. Asimismo, especialmente útil —y aquí el método inductivo también cumple su cometido para permitirnos extraer ciertas conclusiones—ha resultado la consulta de noticias que permiten analizar el origen y evolución de la guerra en Ucrania. En cuanto a los criterios de exclusión, hemos optado por no hacer uso de aquellas noticias o documentos que no podíamos contrastar con otra fuente o que detectamos que pudieran contener noticias falsas o mera propaganda ideológica. Todo ello, con el objetivo de analizar la mediación internacional —o mejor dicho, la posibilidad de que se pueda llevar a cabo la misma— atendiendo a la realidad presente, tomando como punto de partida el perfil psicológico de los líderes de ambos Estados.
Acerca de las líneas de investigación sobre este campo, no contamos con antecedentes directos sobre esta cuestión. Sin embargo, nos hemos apoyado en las numerosas investigaciones de Immelman y colaboradores para establecer de forma empírica los rasgos de personalidad de los líderes políticos de ambos Estados (los presidentes ruso y ucraniano). Basándonos en éstas y en los trabajos sobre personalidad de autores como Hermann y Millon, hemos podido establecer los perfiles con mayor profundidad y deducir de ellos elementos claves para este estudio.
Para comenzar, procedemos a exponer el perfil psicológico de Vladimir Putin. Para ello, utilizaremos como base el artículo elaborado por los autores IMMELMAN y TRENZELUCK (2017) y la posterior conferencia sobre su actualización por parte de IMMELMAN y GOFF (2023). En este estudio, se realizó una evaluación indirecta de la personalidad del mandatario ruso. Para esto, en primer lugar, se recopiló información a través de una metodología de inteligencia de código abierto. Esta consiste en el uso de un conjunto de herramientas y técnicas para reunir y analizar datos a partir de fuentes públicas como medios de comunicación, redes sociales o la literatura disponible sobre el tema. A continuación, en base a la información adquirida, se elaboró el perfil cumplimentando el Inventario de Criterios Diagnósticos de Millon en la modalidad adaptada de Immelman (IMMELMAN & STEINBERG, 1999; IMMELMAN, 2015). Este modelo, hace uso del instrumento original para determinar la personalidad política percibida en el individuo. De esta manera, el perfil es construido en función de las puntuaciones reflejadas en las 12 escalas que componen el inventario. Como resultado de este proceso, los autores nos brindan información no solo sobre los diversos aspectos de su personalidad, sino también sobre su perfil como líder político.
Si bien estos informes sobre su personalidad nos ofrecen una visión con gran profundidad, creemos conveniente aportar información sobre hechos, testimonios o declaraciones de otros profesionales que ayuden a ilustrar y consolidar los datos mostrados. Aclarados los aspectos relevantes sobre este punto, procedemos a exponer el perfil psicológico de Vladimir Putin.
En primer lugar, mostramos una visión general de los principales patrones comportamentales de Putin. Para ello, exponemos los rangos de puntuaciones que con mayor seguridad reflejan su personalidad:
En segundo lugar, exponemos los patrones secundarios:
En tercer lugar, presentamos sus rasgos menores:
A continuación, procedemos a interpretar cada una de estas puntuaciones en relación con los indicadores que nos proporcionan los patrones de personalidad de Millon:
Por lo que se refiere a su patrón de dominación, encontramos como principal característica un comportamiento firme y con confianza en sí mismo. Este sería también expresado en un carácter duro, competitivo, tenaz, sincero y de pensamiento práctico o poco sentimental. Sobre esta falta de emocionalidad, profesionales como Jorge Sobral y Javier Urra la señalan como un marcado distanciamiento afectivo. Según los expertos, este aspecto podría haber sido desarrollado a partir de una interiorización traumática de las condiciones en las que se desarrolló su infancia (URRA, 2021) y verse esto reflejado en la naturaleza instrumental de las relaciones que establece (CONSUEGRA, 2022). Considerando que este patrón es uno de los más representativos de Putin debido a su alta puntuación en la escala de dominación, encontraremos en él variantes del comportamiento más exageradas. Por consiguiente, su conducta se tornaría controladora y autoritaria, evidenciándose esto en un ejercicio de su poder marcado por tendencias represivas, obstinadas e intransigentes. Aun cuando hemos señalado su escasa emocionalidad, de existir un aspecto por el que desarrollara un sentimiento fuerte, su respuesta sería directa, repentina, apresurada y podría actuar de forma infundada. Así mismo, encontramos de forma moderada conductas agresivas, opresivas, vejatorias e incluso relativas al trastorno sádico de la personalidad (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 483, 487). Baste como muestra de ello las humillaciones públicas sufridas por Sergei Naryshkin, director del Servicio de Inteligencia Extranjera (ROBERTSON, 2022; SANCHIDRIÁN, 2022), o Denis Manturov, Ministro de Comercio e Industria (KIRBY, 2023). En estos casos, Putin reprime y castiga de forma directa e inflexible lo que considera falta de profesionalidad o decisión. De esta manera, se muestra estricto al reclamar respuestas absolutas sin permitir discusión.
En cuanto a su patrón de ambición, encontramos como principal característica un comportamiento que expresa confianza en sí mismo. Este sería también evidenciado por su competencia para desenvolverse en situaciones sociales de forma cómoda, transmitiendo seguridad y serenidad. Al igual que en el patrón anterior, encontramos una puntuación notablemente alta, lo cual se manifiesta en conductas más marcadas por este factor. De este modo, esa notable confianza en sí mismo se mostraría como un desmesurado sentido de importancia personal, siendo esto observable en una actitud vanidosa, arrogante y soberbia. En relación con estas características se señala una conducta tendente a utilizar a los demás para sus propios fines, siendo estos comportamientos llevados a cabo como si tuviera derecho a ello. En cuanto a su alta puntuación en la escala de ambición, podemos señalar la presencia de manera moderada de conductas relativas al trastorno narcisista de la personalidad. Por consiguiente, se comporta como una persona interesada, arrogante, manipuladora y deshonesta. Entre las conductas más destacadas de este patrón encontramos: una vanidosa indiferencia hacia los derechos de los demás y la desobediencia de las normas sociales, al considerarlas ingenuas e inaplicables a su persona. Así pues, encontramos testimonios de diversos profesionales sobre hechos y actitudes que para ellos denotan la expresión de esta patología (BBC MUNDO, 2016; CONSUEGRA, 2022; ROBERTSON, 2022; URRA 2021).
Con respecto a su patrón de conciencia, encontramos como principal característica un comportamiento marcado por el sentido del deber. Este sería manifestado a través de conductas responsables, prudentes y bien organizadas. De esta manera, tratamos con un individuo disciplinado y minucioso en el cumplimiento de sus obligaciones. Como en los aspectos anteriores, su alta puntuación en esta escala se expresaría en comportamientos más extremos. Así pues, su conducta se presentaría más inflexible, controladora y perfeccionista. Si bien se muestra como una persona trabajadora y a la que poder confiar una tarea, es posible que actúe de forma terca y posesiva. En lo que respecta a cuestiones morales, las personas con este perfil suelen ser meticulosas y pueden exhibir conductas que les hacen parecer moralistas y condescendientes. Otro aspecto a tener en cuenta en relación con esta escala es su función sobre el control de sus emociones. De este modo, se comenta como una posible forma de limitar su emocionalidad el establecimiento de un estilo de vida rigurosamente estructurado (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 513-515).
En lo que toca a su patrón de retraimiento, se observa como principal característica una conducta reservada. De esta manera, se mostraría como una persona introvertida, poco afable, con escasas capacidades diplomáticas y una limitada expresividad (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 230-231).
Sobre su patrón de intrepidez, este se expresaría en un comportamiento audaz, temerario y movido por los desafíos. Los individuos con este rasgo suelen actuar por sus propios medios y asumen las consecuencias de sus actos (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 444-445, 449-450; MILLON & DAVIS, 1998, p. 164).
En primer lugar, exploramos la influencia de su patrón dominante. Como principal característica de su trato con los demás encontramos una presencia imponente, evidenciada por conductas autoritarias, directivas y persuasivas. En el caso de Putin, estos comportamientos se expresarían de una forma más extrema, presentando una mayor tendencia a actuar de forma represiva, áspera y conflictiva. Como hemos podido observar previamente, de no cumplirse sus órdenes no duda en recurrir a la humillación para presionar y castigar al responsable (IMMELMAN & TRENZELUCK, 2017). Este método de comunicación agresiva se presentaría fundamental para el componente instrumental de sus relaciones, ya que a menudo las personas se sienten intimidados por este trato confrontativo, hostil y coercitivo. En relación con este aspecto, creemos conveniente resaltar el testimonio del psiquiatra Juan Carlos Díaz del Valle, quien hablando del dirigente ruso afirmó que acostumbra a establecer relaciones conflictivas debido a que “en el conflicto vive bien” (CONSUEGRA, 2022). Considerando la alta puntuación del presidente ruso en la escala de dominación, debemos advertir de la presencia de manera moderada de los rasgos más extremos de este patrón. En esta línea, podemos observar en Putin un cierto grado de satisfacción al llevar a cabo conductas que amedrentan, presionan o degradan a otros. Del mismo modo, se señala su éxito político como resultado de disfrazar estas acciones beligerantes como actos de responsabilidad de su cargo (MILLON & DAVIS, 1996, p. 484; MILLON & EVERLY, 1985, p. 32).
En segundo lugar, examinamos lo referente a su patrón de ambición. En este caso, el rasgo distintivo de su interacción con otros es su confianza. De esta manera, suele expresarse con firmeza, de forma competitiva, dura y terca. No obstante, lo hace de un modo inteligente. En cuanto a la expresión de estas actitudes en Putin, volvemos a ser testigos de su intensificación. Así pues, nos encontraríamos frente a un individuo falto de empatía y que se percibe con privilegios frente a los demás. Debido a la alta puntuación en este rasgo, encontramos de forma moderada la presencia de los aspectos más extremos de este patrón. Por tanto, podría mostrarse como una persona con cierta tendencia a explotar y manipular a otros, actuando de manera descarada mientras utiliza a los demás para satisfacer sus necesidades y deseos. Este atrevimiento a la hora de aprovecharse de los demás es a veces percibida como un signo de confianza o autoridad, en lugar de la impertinencia y descaro que realmente supone. De este modo, algunas personas se muestran conformes o incluso admiran la decisión con la que actúan estos individuos. Con respecto a esta respuesta por parte de los otros, las personas con este patrón suelen presentar habilidad para reconocer e influir en quienes se muestran halagadores, serviciales y dispuestos a alabarlos (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 405-406; MILLON & EVERLY, 1985, pp. 32, 39).
En tercer lugar, hablamos sobre su patrón de conciencia. La principal característica relacional de este patrón en Putin sería su exigencia. Además de su minuciosidad en cuestiones de moralidad, mostraría una actitud inflexible con el trato a los subordinados, quienes serían instados a actuar según los procedimientos y normas establecidas por él mismo. Por el contrario, su actitud hacia a sus superiores se mostraría respetuosa, servil y considerada, tratando así de impresionarlos con su seriedad, lealtad y aptitudes (MILLON & DAVIS, 1996 pp. 514-515, 516; MILLON & EVERLY, 1985, p. 33)
En cuarto lugar, encontramos el patrón de retraimiento. Con respecto a este, se observa como característica central la discreción. Siendo más específicos podríamos definirlo como una persona independiente, con preferencia por las actividades solitarias, que pasa inadvertido y que se muestra reservado con sus pensamientos y sentimientos (MILLON & DAVIS, 1996, p. 231; MILLON & EVERLY, 1985, p. 33). Este perfil bajo en Putin es señalado por Federovski cuando habla sobre su ascenso político. En esta línea, el mismo escritor lo describió como una “eminencia gris” y una figura “bastante anodina”, hecho que actualmente le sorprende en perspectiva (WHITTELL, 2022).
Por último, exponemos lo relativo al patrón de intrepidez. Sobre este, podemos señalar su interacción firmemente individualista, actitud intransigente y su negativa a medios conciliadores. Cuando toma una decisión sobre un tema importante, lo hace de forma decidida y se apoya en su confianza y habilidades para mantenerse firme (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 445-446, 449-450; MILLON & DAVIS, 1998, p. 164). Baste como muestra de estas actitudes las descabelladas exigencias establecidas para poner fin a la invasión, como han sido la desmilitarización de Ucrania o el reconocimiento de los territorios del Donbass y Crimea como independientes (RTVE & AGENCIAS, 2022). Estas rotundas demandas se muestran como un reflejo de esa confianza propia en sus medios, y a su vez, se presentan como una herramienta que bloquea las negociaciones instaurando como una única solución una petición irracional que para él simboliza la victoria y sometimiento del enemigo.
Para comenzar a explorar su modo de pensar nos centraremos primero en la influencia de su patrón dominante. Como característica central encontraríamos una naturaleza obstinada que le haría presentarse como alguien firme, honesto, empático y de sólidas creencias que defiende enérgicamente. Sin embargo, estos aspectos se ven intensificados debido a su alta puntuación en la escala de dominación. Por lo cual, estas creencias alcanzan el dogmatismo, siendo expresadas y defendidas de manera rígida sin atender datos o argumentos objetivos. Así pues, nos encontraríamos frente a una persona de mente cerrada cuya moral, convicciones e ideas serían expuestas de un modo radical e intolerante. Así mismo, podemos advertir la presencia de forma moderada de los aspectos más extremos de este patrón. Estos son manifestados a través de un pensamiento especialmente discriminatorio hacia grupos sociales considerados tanto privilegiados como denigrados. Como ejemplo de ello, podemos observar las medidas tomadas por la Duma Estatal rusa para criminalizar la blasfemia y el activismo del colectivo LGBTI, estableciendo cuantiosas multas y censurando cualquier material referente al movimiento (ARAGONÉS, 2022; VERNON, 2023). Esto se evidencia como un reflejo de su férreo ideario moral y cercanía al dogma de la Iglesia ortodoxa. En su doctrina, la homosexualidad es reconocida como una influencia de Occidente que menoscaba los valores tradicionales rusos (ARAGONÉS, 2022) y es señalada por el propio Putin como una “falta de virilidad” e “incapacidad para ir a una guerra” (URRA, 2021). En esta misma línea, podemos subrayar su marcada oposición a la cultura Occidental y su ferviente dedicación por convertir a Rusia en una potencia líder, cuyo orden y cultura adquieran un impacto mundial. Esta visión, denominada como “la idea panrusa” (Rossiiskaia ideia) supone la principal ideología y motivación del presidente Putin (INGERFLOM, 2022). Si bien esta férrea oposición a los valores contrarios a su dogma se muestra fría y hostil, esto no significa que Putin no sea capaz de percibir los sentimientos o emociones de los demás. Por el contrario, el dirigente ruso poseería una notable capacidad para percibir los estados de ánimo y otros elementos clave de la comunicación. Sin embargo, estos elementos emocionales serían considerados principalmente para ser usados contra quienes los manifiestan, convirtiendo la sensibilidad en debilidad y utilizando esta para mostrar su superioridad y ejercer su dominio (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 484-485).
A continuación, examinaremos su patrón de ambición. Este aspecto sería principalmente expresado en un pensamiento creativo. De esta manera, se presentaría como una persona ingeniosa, habilidosa y con ideas innovadoras en las que deposita firmemente su confianza. En vistas de su alta puntuación en la escala de ambición, pasamos a describirlo de forma más precisa. Así pues, la confianza mencionada en su propio potencial se expondría de un modo desmedido, y de conducir a error, lo justificaría a través de la mentira y la distorsión de los hechos. De igual forma, encontramos la expresión de forma moderada de los rasgos más extremos de este patrón. Esto sería manifestado a través de fantasías de gloria que buscan exaltar su persona, la exageración de sus logros, el menosprecio de quien se antepone a estas ideas, la racionalización de sus errores y la construcción de complejas justificaciones para proteger e inflar su autoestima (MILLON & DAVIS, 1996, p. 406; MILLON & DAVIS & EVERLY, 1985, pp. 32, 29). Este marcado patrón en su pensamiento es advertido por diversos profesionales. Por un lado, el psicólogo clínico Manuel Fernández Blanco observa en Putin una absoluta confianza en sí mismo, la cual subraya cómo la ausencia de conflictos intrapersonales y señala explícita en las palabras del propio Presidente al declarar: “Tengo la sensación de que conseguiré todo lo que quiero” (CONSUEGRA, 2022). Por otro lado, Manuel Lage, también psicólogo clínico, destaca la inteligencia del dirigente ruso y como esta sería únicamente dirigida a proteger sus intereses y dar explicaciones creíbles a su comportamiento beligerante (CONSUEGRA, 2022). Así mismo, estos factores previos pueden ser relacionados con el aislamiento ideológico y su actitud cada vez más desafiante frente a las sanciones. Todavía cabe señalar cómo esta fanática búsqueda de gloria es destacada en la trayectoria de Putin por el psicólogo forense Javier Urra, quien advierte que para el Presidente ruso el sufrimiento de las personas involucradas en sus acciones son concebidas como un pago que debe hacerse para “pasar a la historia con mayúsculas” (URRA, 2021).
Por lo que se refiere a su patrón de conciencia, este sería manifestado principalmente por su pensamiento cauteloso, pudiendo ser descrito como una persona reflexiva, prudente, metódica y observadora. Por consiguiente, muestra una actitud reacia al uso de nuevos métodos y a la toma de riesgos de no tener una creencia firme. Debido a la marcada influencia de este rasgo en su pensamiento podemos observar la intensificación de estos aspectos. De esta manera, su pensamiento se caracterizaría por ser escasamente imaginativo, expresarse en ideas rígidamente estructuradas, comunes y rutinarias. Con respecto a este factor, se destaca el impacto que el perfeccionismo puede tener sobre su toma de decisiones y su dificultad para lidiar con nuevas ideas (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 515-516; MILLON & EVERLY, 1985, p. 33).
En lo que toca a su patrón de retraimiento, este se mostraría a través un pensamiento falto de claridad o vago. Así, sus ideas se presentan de forma confusa o desordenada, lo cual dificulta su comunicación con los demás (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 231-232: MILLON & EVERLY, 1985, p.33).
Sobre su patrón de intrepidez, este se refleja en un modo de pensamiento particular, una mentalidad independiente, inconformista o poco convencional (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 446-447, 449-450; MILLON & DAVIS, 1998, p. 164).
El siguiente punto trata sobre la manifestación de su patrón dominante en lo referente a su estado de ánimo. La principal característica de este patrón sería la irritabilidad, evidenciada a través de dificultades para controlar su respuesta emocional. En el caso de Putin, su expresión sería más marcada. De este modo, tendería a mostrarse confrontativo, distante y frío, mientras negaría la expresión de sensibilidad. En vista de esta irritabilidad y actitud hostil, nos encontramos frente a una persona que con facilidad estalla en discusiones polémicas y agresiones físicas. Considerando la alta puntuación registrada en esta escala, advertimos de la presencia de manera moderada de los rasgos más extremos de este patrón. Este sería manifestado en respuestas emocionales malhumoradas, acciones mezquinas, malintencionadas y desconsideradas con los derechos de los demás. Del mismo modo, su temperamento explosivo le hace parecer siempre al borde de estallar, pudiendo esto resultar en acciones físicamente agresivas. En lo referente a esta agresividad, nos encontramos frente a un individuo con el patrón más dispuesto a provocar daño, oprimir y perseguir a otros para conseguir lo que se propone. Sobre esta decidida hostilidad, la podemos relacionar con la predominancia de la ira en sus emociones y una escasa capacidad para experimentar sentimientos de afecto y empatizar (MILLON & DAVIS, 1996, p. 486; MILLON & EVERLY, 1985, p. 32).
En lo que respecta a su patrón de ambición, este se destaca por su saber estar en situaciones sociales. En otras palabras, hablamos de una persona que se muestra tranquila, impasible y optimista, aunque fría y racional bajo presión. Al igual que en el caso anterior, estos rasgos se muestran exacerbados en el Presidente ruso. Así pues, esta imperturbabilidad se haría más notable, expresándose en una indiferencia general o falso sosiego. En vistas de la alta puntuación registrada en la escala de ambición, advertimos de la presencia de manera moderada de los rasgos más extremos de este patrón. En esta línea, nos encontramos frente a un individuo que usualmente experimenta bienestar emocional en su vida diaria, mostrándose alegre y optimista, siempre que su sentido de superioridad no sea dañado. De sentir herida su confianza, su imperturbabilidad rápidamente tornaría a irritabilidad y enfado. En lo que respecta a su comportamiento general, sobre este destacaría un cierto grado de soberbia (MILLON & DAVIS, 1996, p. 408; MILLON & EVERLY, 1985, pp. 32, 39).
En cuanto a su patrón de conciencia, este sería principalmente evidenciado por el control de sus estados de ánimo. Por tanto, actúa como una persona sensata, seria y que apenas muestra emociones intensas. Debido a la alta puntuación registrada, encontramos una expresión más extrema de este patrón. Esto sería reflejado en una actitud solemne, tensa y con una acusada represión emocional (MILLON & DAVIS, 1996, p. 518; MILLON & EVERLY, 1985, p. 33).
Con respecto a su patrón de retraimiento, este se manifestaría principalmente en una actitud inexpresiva. De esta forma, nos encontramos frente a un individuo de aspecto inalterable, que muestra desinterés y una notable negativa a la expresión de sentimientos intensos. A pesar de ser percibido como alguien agradable, las personas con estas características suelen ser reconocidas como personas insulsas (MILLON, 1996, pp. 232-233; MILLON & EVERLY, 1985, p. 33).
Para terminar, hablamos de su patrón de intrepidez. Este se hace patente en una conducta firme, tenaz, insensible y visiblemente calmada, incluso en situaciones bajo presión (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 448-449. 449-450; MILLON & DAVIS, 1998, p. 164).
Por lo que se refiere a la visión que tiene de sí mismo, encontramos que el patrón dominante le haría considerarse como una persona honesta, atrevida, con confianza para expresar lo que piensa y no condicionada por sus emociones, a las cuales parece no dar mucha importancia. Debido a su puntuación en la escala de dominación, podemos observar en su propia percepción la intensificación de algunos de estos aspectos. En particular, se reconoce como alguien fuerte, imponente y que acepta su carácter competitivo. De forma similar a rasgos anteriores, debemos advertir de la presencia de forma moderada de los aspectos más extremos de este patrón. Considerando esto, Putin presentaría cierta tendencia a percibirse como alguien duro, independiente, obstinado, combativo y poderoso. A causa de la visión hostil que posee del mundo, se muestra orgulloso de percibirse como una persona fuerte, competitiva e impetuosamente terca. Aunque la visión orgullosa de los aspectos combativos y dominantes de su personalidad pueden suponer una mejora de su autoestima, raramente reconocerá la intención vengativa o maliciosa de sus acciones. En su lugar, disfrazará esta violencia como actos prosociales. Esta estrategia no solo le ayuda a obtener un mayor apoyo social, sino que además reforzaría su sentido de identidad (MILLON & DAVIS, 1996, p. 485; MILLON & EVERLY, 1985, p.32). El mejor ejemplo de ello son los titulares utilizados por Sputnik, agencia de noticias del gobierno ruso: “Putin: nuestra misión es acabar con la guerra de Kiev contra Donbás y proteger a Rusia” (SPUTNIK, 2022).
En cuanto a la influencia de su patrón de ambición en su percepción propia, encontramos como principal expresión una notable confianza. Esto es exhibido en la certeza de sus decisiones, siendo estas sostenidas por sus fuertes convicciones y sólidas creencias en sus capacidades. Debido a la alta puntuación registrada, destacamos como estos aspectos se manifiestan de manera más notable. Así pues, se tendría a sí mismo en una alta estima, percibiéndose como merecedor de reconocimiento y apreciado por los demás. Esta elevada autoestima es a veces interpretada por otros como egoísmo, vanidad o soberbia. Al ser esto referente a su notable patrón de ambición, debemos subrayar la presencia de forma moderada de los aspectos más extremos en su personalidad. De este modo, expresaría un sentido del yo superior, sintiéndose digno de gran admiración, con características únicas y especiales y con derechos y privilegios extraordinarios. En vista de lo anterior, las personas con estos rasgos suelen actuar de manera pretenciosa y grandilocuente, aunque el logro alcanzado no sea proporcional a tal despliegue. En puestos de liderazgo de alto nivel, como en el caso que nos ocupa, a veces los individuos con este perfil más extremo se perciben a sí mismo como un mesías. Como consecuencia de esta excepcional consideración propia, aquellos que no muestran un respeto acorde o no acatan su voluntad son tratados con menosprecio y desdén (MILLON & DAVIS, 1996, p. 406).
En lo que se refiere a su patrón de conciencia, este es reflejado en su autopercepción de persona confiable por su seriedad. Es así que se ve como un individuo responsable, disciplinado, fiable y eficaz. En variantes más marcadas de este patrón, como el que nos ocupa, pueden definirse como extremadamente minuciosos. Así mismo, se reconocen como personas fieles, aunque frecuentemente su modo de hacer las cosas le hagan ser visto como alguien moralista, exigente e incluso demasiado perfeccionista (MILLON & DAVIS, 1996, p. 516).
Sobre su patrón de retraimiento, este se expresaría principalmente en una visión de sí mismo marcada por su capacidad de pensar de forma clara. Así pues, se reconocería capaz de tomar decisiones sin que sus emociones le afecten o le lleven a error. En este sentido, se percibe como una persona que no se siente comprometida ni afectada por los acontecimientos y se muestra con una apariencia calmada (MILLON & DAVIS, 1996, p. 232; MILLON & EVERLY, 1985, p. 33).
Por último, hablaremos de la influencia de su patrón de intrepidez. La característica central de su expresión es la gran confianza que muestra en sus capacidades, la cual le hacen verse como alguien independiente y autosuficiente. En esta línea, se muestra orgulloso de su fortaleza, de su aptitud y de su capacidad de valerse por sí mismo. Al mismo tiempo que da esa gran importancia a no depender del apoyo social, espera que los demás tampoco lo hagan (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 447, 449-450; MILLON & DAVIS, 1998, p. 164).
A pesar de su moderada elevación en esta escala, creemos conveniente su mención debido al impacto que tienen estas conductas de sospecha e hipervigilancia en su perfil político. En cuanto a su expresión, esta sería manifestada en una constante observación del ambiente y las personas de su alrededor. De este modo, notaría con facilidad lo que está fuera de lugar o reconoce como peligroso. Es en el trato con los demás en el que esta percepción se destaca especialmente efectiva, pudiendo percibir las intenciones ocultas, las evasiones y engaños que para otros pueden pasar desapercibidos (OLDHAM & MORRIS, 1985).
En vistas de su prominente patrón dominante, encontramos como rasgo distintivo de sus mecanismos el aislamiento. Esto se manifiesta en su capacidad para distanciarse emocionalmente de las consecuencias de sus actos agresivos. En el caso de perfiles políticos como el que nos ocupa, pueden haber aprendido a reconocer las situaciones en las que les es más conveniente expresar su agresividad de una forma más dirigida y encubierta. De este modo, se puede advertir la activación de mecanismos de defensa como la sublimación, la proyección y la racionalización. Todas estas con el objetivo de reflejar esa agresividad de una manera socialmente aceptable y sirviendo de justificación o excusa. Por ejemplo, el hecho de expresar su pensamiento de una forma tan directa que pueda resultar desconsiderada es racionalizado como una actitud franca y falta de hipocresía (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 485-486). Del mismo modo, podemos recordar las noticias publicadas por el gobierno ruso. En estas, se encubre la violencia como una solución razonada, de carácter prosocial y anticipatoria.
La principal característica de las nociones que componen su ideario es su naturaleza perniciosa. En su estructura mental hay una notable falta de representación de conceptos sentimentales o afectuosos, al mismo tiempo que se advierte un escaso desarrollo de objetos mentales que den lugar a sentimientos de vergüenza o culpa. A la vista de la notable influencia de su patrón dominante y las precarias condiciones de su infancia, es posible que experiencias tempranas marcadas por la agresividad y actitudes maliciosas hayan pasado a formar parte de su repertorio conductual. Así pues, puede que perciba las situaciones con expectativas de violencia y que ponga en marcha estas conductas belicosas como respuesta y prevención a la amenaza. Considerando esta perspectiva hostil de un mundo en el que cada uno debe velar por su propia supervivencia, observa como indispensable una conducta segura, audaz y despiadada (MILLON & DAVIS, 1996, p. 485).
Para comenzar, explicamos el origen de esta identificación con el concepto “Ejecutor hostil”. Este término se debe a la combinación de la alta presencia de un patrón dominante, y a su vez, un destacado patrón de conciencia. Dado que estos rasgos no han sido reflejados en las escalas de manera marcadamente patológica, aunque su aspecto dominante comenzara a presentarse como moderadamente perturbador, debemos tenerlo en cuenta a la hora de interpretar este perfil patológico. Es por esto que procedemos a recopilar los aspectos que consideramos más cercanos a la conducta del Presidente ruso y advertimos de su presencia de forma moderada. Así pues, presentaría un comportamiento violento con un carácter moralista profundamente interiorizado, mostrándose estricto con el seguimiento de las normas y modales establecidos. En esta línea, no suele mostrar reparos al descargar su agresividad contra los indefensos, débiles y aquellos que considera no merecedores de respeto (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 490-491; MILLON & DAVIS, 2000, p. 517). En relación con lo anterior, podemos destacar las siguientes palabras de Manuel Lage sobre el Presidente ruso: “Lo que menos respeta es la debilidad, va a por ellos sin piedad” (CONSUEGRA, 2022). Y es que no es el único que advierte este perfil en el Presidente Putin. Javier Urra, también señala este notable desprecio que el dirigente ruso expresa hacia la debilidad y hace una importante declaración sobre este aspecto: “El del Presidente ruso es un perfil complejo y peligroso porque nos ve a todos débiles... y no soporta a la gente débil” (URRA, 2021).
Además, estos actos de hostilidad suelen ser llevados a cabo con cierto interés público, como observamos en las comentadas humillaciones frente a la prensa de otros miembros del gobierno ruso. Las personas con este perfil se comportan como si ellos mismos dictaran lo que está bien y lo que está mal, se creen con el derecho y el deber de castigar a quienes no siguen las normas y se piensan excepcionalmente capacitados para decidir cómo debe aplicarse el castigo. Por más que trata de enmascarar sus condenas como una forma de proteger el bien común y desempeñar su rol social, la inusual violencia con la que impone las penas hacen cuestionar la legitimidad de sus motivaciones. De esta manera, dentro de su competencia, su comportamiento de ejecutor hostil se caracteriza por buscar a infractores y hacer uso de su posición para aplicar las sanciones en el mayor grado posible. En una visión más general, la forma de actuar del ejecutor hostil da lugar a respuestas de resistencia y desacuerdo por parte de terceros, reacciones que son reprimidas cada vez con mayor dureza. Este estilo de gobierno marcado por una política inflexible, implacable, intransigente y sin limitaciones para conservar y concentrar el poder, da como resultado una conducta desconfiada y aparentemente paranoica (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 490-491; MILLON & DAVIS, 2000, p. 517).
Para finalizar, hablamos de la complementación de este perfil con el término expansionista. Según los autores, este concepto añadido nos brinda una visión más íntegra de la personalidad de Putin al destacar la influencia de su alto patrón de ambición y la interacción del mismo con la combinación de dominación y conciencia. Así pues, los fervientes deseos de dominación y las marcadas conductas de control serían combinadas en cierto grado con un carácter expansivo y fantasías de grandeza (IMMELMAN & TRENZELUCK, 2017, p. 23).
En este apartado, los autores hacen uso de los datos recogidos para identificar su tipología en el modelo de orientación de roles de política exterior de Margaret Herman (1987). En este, la orientación expansionista muestra un notable parecido con el perfil descrito anteriormente. De este modo, los individuos con esta orientación poseen un sistema de creencias en el que el conflicto se percibe como un elemento intrínseco al sistema internacional. En esta línea, adoptan una visión del mundo dividida entre “nosotros” y “ellos”. Considerando esta perspectiva de confrontación, su estilo político estaría marcado por la desconfianza hacia los motivos ajenos, lo que da lugar a una política exterior enfocada en asuntos de seguridad y estatus. Esta manera de proceder se refleja en actuaciones de bajo compromiso y en la defensa de cambios inmediatos o a corto plazo en el ámbito internacional. En cuanto a su faceta más conflictiva, los líderes expansionistas suelen emplear un tono hostil y no muestran reparos en usar a los que consideran enemigos como chivos expiatorios. En definitiva, la orientación expansionista es descrita como un fin político para obtener “control sobre más territorio, recursos o personas” (HERMANN, 1987).
En el presente apartado, procedemos a exponer el perfil psicológico de Volodímir Zelenski. Para ello, utilizaremos como base el documento elaborado por VOMACKA e IMMELMAN (2023). En cuanto a la metodología empleada, esta siguió los mismos pasos que la expuesta anteriormente en el perfil del dirigente ruso (ver página 3). En este punto debemos hacer una aclaración que diferencia la redacción de ambos perfiles. Debido a que en este caso no disponemos del documento completo, sino de los datos pertenecientes a su presentación, haremos uso de documentos extra para proporcionar una visión más profunda, manteniendo la línea de la investigación principal. Para ello, consultaremos otros perfiles elaborados con la misma metodología tanto en la recogida de información como interpretación de puntuaciones. Esto nos permitirá, a través de la similitud con otras personalidades, ampliar y ahondar en las descripciones generales prestadas en el documento de presentación base. Además de lo anterior, como hicimos en el perfil previo, trataremos de brindar información de otras fuentes que puedan resultar de utilidad. Aclarados los aspectos relevantes sobre este punto, procedemos a exponer el perfil psicológico de Volodímir Zelenski.
En primer lugar, mostramos una visión general de los principales patrones comportamentales de Zelenski. Para ello, exponemos los rangos de puntuaciones que con mayor seguridad reflejan su personalidad:
En segundo lugar, exponemos los patrones secundarios:
En tercer lugar, presentamos su rasgo menor o subsidiario:
A continuación, procedemos a interpretar cada una de estas puntuaciones en relación con los indicadores que nos proporcionan los patrones de personalidad de Millon:
Por lo que se refiere a su patrón de extraversión, encontramos como principal característica un comportamiento sociable. Este sería expresado en un carácter generalmente alegre, animado, amigable y que resulta simpático e interesante. Considerando que en este patrón su rango de puntuación llega a alcanzar la condición de prominente, es posible que algunas conductas más marcadas aparezcan de forma situacional en su comportamiento. Por consiguiente, podría manifestar cierta impulsividad y una ligera tendencia a la búsqueda de experiencias para combatir la sensación de aburrimiento. De esta manera, su atención se dirigiría hacia la emoción del momento teniendo en menor consideración las consecuencias futuras. En lo que respecta a su posición de líder, estos acontecimientos pueden provocar decisiones espontáneas que resulten en conductas imprudentes y polémicas (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 366-376, 371; MILLON & EVERLY, 1985, p. 33).
Además de lo anterior, apoyando esta evidencia, encontramos el análisis de personalidad realizado por PYVOVARENKO (2019), psicólogo, sociólogo, director de la Academia de Sociología y profesor del Instituto de Gestión de Lviv. A este respecto, destaca el carácter atento, correcto y cortés de Zelenski, advirtiendo en su comportamiento un constante uso del humor, la ironía y el sarcasmo.
En cuanto a su patrón de ambición, encontramos como principal característica un comportamiento que expresa confianza en sí mismo. Esto sería evidenciado por su aptitud para desenvolverse en situaciones sociales de forma cómoda, transmitiendo seguridad y calma (MILLON & DAVIS, 1996, p. 405; MILLON & EVERLY, 1985, pp. 32, 39). En esta misma línea, muestra habilidad para usar su encanto a la hora de persuadir a otros (PYVOVARENKO, 2019; VOMACKA, E. J., & IMMELMAN, 2023) y espera que sus cualidades especiales sean reconocidas (VOMACKA, E. J., & IMMELMAN, 2023).
Con respecto a su patrón de intrepidez, este se manifiesta en un comportamiento audaz, temerario y movido por los desafíos. Los individuos con este rasgo suelen actuar por sus propios medios y asumen las consecuencias de sus actos (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 444-445, 449-450; MILLON & DAVIS, 1998, p. 164).
En vistas de esta conducta, podemos subrayar el comportamiento con el que Zelenski realizó su campaña política. En esta, mostró activamente su oposición al gobierno establecido y a la corrupción que el mismo albergaba. En este gran desafío, no se mantuvo al margen, sino que insistió en presentarse como el líder con el que el pueblo trabajaría de forma conjunta por el cambio. De este modo, podemos remarcar esta cualidad, plasmada en las siguientes palabras: “Junto conmigo vamos a limpiar este viejo gobierno” (PYVOVARENKO, 2019).
En lo que toca a su patrón de acomodación, su principal característica sería la evitación de reafirmar sus convicciones. De este modo, mostraría una tendencia a actuar de una manera demasiado cooperativa y conformista, optando por ceder y adaptarse antes que mantener su afirmación. Por consiguiente, los individuos con este rasgo son reconocidos por ser amables, considerados, cordiales y generosos. Esta combinación de simpatía, elegancia y humildad suele causar impresión en los demás (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 331-332). Esta actuación excesivamente cooperativa, es también señalada por POPOV (2019), quien afirma que muestra “benevolencia y tolerancia, a veces incluso obsesivamente”.
Sobre su patrón de conciencia, encontramos como principal característica un comportamiento marcado por el sentido del deber. Este sería expresado a través de conductas responsables, prudentes y bien organizadas. De esta forma, tratamos con un individuo disciplinado y minucioso en el cumplimiento de sus obligaciones (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 513-515).
Como expresión de lo anterior, podemos considerar algunos de los aspectos expuestos en el perfil elaborado por PYVOVARENKO (2019). En este, se destaca como Zelenski tiende a tratar de mantener las situaciones bajo control, intentando prever los posibles problemas que puedan surgir y asegurándose de tener un plan para ellos.
En cuanto a su patrón subsidiario de dominación, encontramos como principal característica un comportamiento firme y con confianza en sí mismo. Este sería también expresado en un carácter duro, competitivo, tenaz, sincero y de pensamiento práctico (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 438, 487). Los individuos con este rasgo disfrutan al ejercer su poder dando órdenes y evocando respeto en los demás (VOMACKA, E. J., & IMMELMAN, 2023).
Acerca de la leve expresión de este patrón, encontramos algunos datos para ilustrarla en mayor profundidad. Así pues, PYVOVARENKO (2019) destaca que, si bien Zelenski muestra de forma general una actitud cortés y agradable, también posee capacidad para mostrarse dominante y duro si la situación lo requiere.
En primer lugar, exploramos la influencia de su patrón de extraversión. Como principal característica de su trato con los demás encontramos su notable capacidad para relacionarse con su entorno. De este modo, se muestra como una persona amigable que expresa sus sentimientos abiertamente. En el caso de Zelenski, algunos rasgos más extremos podrían manifestarse de forma situacional en su conducta. Así pues, podría mostrar cierta tendencia a las conductas destinadas a obtener la atención de los demás, buscando activamente la aprobación, elogios y alabanzas de terceros. De igual forma, esto podría verse reflejado en su rol político. Los líderes con este patrón manifiestan una importante necesidad de reconocimiento, lo que puede nacer de una excesiva dependencia de la opinión pública como método para desarrollar sus políticas y ejercer su gobierno (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 367-368, 371; MILLON & EVERLY, 1985, p. 33).
En lo que respecta a esta necesidad de atención y reconocimiento, PYVOVARENKO (2019) destacó algunos elementos en su análisis. Entre ellos, afirma que Zelenski siente un notable disgusto en las situaciones en las que es ignorado, que muestra un escaso interés por los papeles secundarios y que trata activamente de convertirse en el preferido de la audiencia. Sobre este último aspecto citó las siguientes palabras del Presidente: “Nunca permitiré que nadie se sienta defraudado conmigo”.
En segundo lugar, examinamos lo referente a su patrón de ambición. En este caso, el rasgo distintivo de su interacción con otros es su confianza. De este modo, suele expresarse con firmeza, de forma competitiva, dura y terca. No obstante, lo hace de una manera inteligente (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 405-406; MILLON & EVERLY, 1985, pp. 32, 29).
En tercer lugar, hablamos sobre su patrón de intrepidez. Sobre este, podemos señalar su interacción firmemente individualista, actitud intransigente y su negativa a medios conciliadores. Cuando toma una decisión sobre un tema importante, lo hace de forma decidida y se apoya en su confianza y habilidades para mantenerse firme (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 445-446, 449-450; MILLON & DAVIS, 1998, p. 164). Paralelamente, estos factores se expresan en una comunicación persuasiva, donde muestra sus talentos sin verse cohibido por las normas sociales y con una convicción que le hace resistente a las coacciones (VOMACKA, E. J., & IMMELMAN, 2023).
En cuarto lugar, encontramos el patrón de acomodación. Con respecto a este, se observa como característica central la sumisión. A la hora de alcanzar sus metas, los individuos con este patrón suelen pedir poco más que aceptación y apoyo (MILLON & DAVIS, 1996, p. 332).
En quinto lugar, examinamos su patrón de conciencia. Este sería principalmente evidenciado por su sentido del deber. De esta manera, nos encontramos frente a un individuo que trata a toda costa de respetar los estándares convencionales, siguiendo de forma estricta las reglas establecidas. En consecuencia, se muestran como personas bien organizadas, correctas, disciplinadas, responsables y dignas de confianza. En lo que respecta a sus obligaciones, las ejecuta de forma minuciosa e impecable, demostrando una infrecuente integridad (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 513-515).
Por último, exponemos lo relativo a su patrón subsidiario de dominación. Sobre este, podemos señalar en su trato con los demás una presencia imponente. Esta sería manifestada en conductas autoritarias, directivas y persuasivas (MILLON & DAVIS, 1996, p. 484; MILLON & EVERLY, 1985, p. 32).
Para comenzar a explorar su modo de pensar examinamos en primer lugar la influencia de su patrón de extraversión. Como característica central encontraríamos la irreflexión, mostrando tendencia a centrar su pensamiento en asuntos prácticos y huir de cuestiones introspectivas. No obstante, este aspecto se vería intensificado debido a la condición prominente de este patrón en su personalidad. Por lo cual, de forma situacional, su pensamiento abordaría los temas de un modo notablemente más superficial, lo que puede ser percibido como un razonamiento frívolo e insensato por parte de terceros. Así pues, los individuos con este patrón no son conocidos por su capacidad de reflexión. De esta forma, aunque habladores, tienden a expresarse en términos generales y faltos de detalles, eludiendo cuestiones serias o temas intrincados (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 368-369, 371; MILLON & DAVIS, 2000, p. 236).
En cuanto a la crítica a su ocasional insustancialidad, esta es reflejada en el análisis realizado por el psicólogo y consultor empresarial Demyan POPOV (2019). En sus palabras, si bien reconoce el gran valor estratégico de su carisma y sus métodos para devaluar a sus oponentes, advierte que esto no presenta utilidad alguna al enfrentar los serios desafíos que alberga Ucrania. Con respecto a esto último, Popov señala asuntos tanto nacionales como referentes a las cuestiones geopolíticas del país.
A continuación, nos centraremos en su patrón de ambición. Este aspecto sería principalmente expresado a través de un pensamiento creativo. De esta manera, se presentaría como una persona ingeniosa, habilidosa y con ideas innovadoras en las que deposita firmemente su confianza (MILLON & DAVIS, 1996, p. 406; MILLON & EVERLY, 1985, pp. 32, 29).
Por lo que se refiere a su patrón de intrepidez, este sería manifestado principalmente por un modo de pensamiento particular, una mentalidad independiente, inconformista o poco convencional (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 446-447, 449-450; MILLON & DAVIS, 1998, p. 164). Esto se ve reflejado en un pensamiento centrado en el presente, reacio a seguir rutinas, tradiciones o estándares y tendente a involucrarse en cierta medida en actividades que suponen riesgos (VOMACKA, E. J., & IMMELMAN, 2023).
En el caso de este intrépido y peculiar razonamiento, es también advertido en el análisis de PYVOVARENKO (2019). En este, se señala en Zelenski un comportamiento infrecuente, soñador, caracterizado por una forma de pensar lírica y romántica. Estos aspectos se ven reflejados en su forma de expresarse y bien pueden estar influenciados por su carácter creativo y bagaje interpretativo. Según el autor, el Presidente ucraniano mostraría un notorio respeto por los individuos imaginativos y competentes.
En lo que toca a su patrón de acomodación, este se mostraría a través de un pensamiento marcado por la ingenuidad. Así pues, tendería a ser poco observador y acrítico, quitarle importancia a sucesos preocupantes, suavizar las dificultades y fijarse en el lado positivo de las cosas (MILLON & DAVIS, 1996, p. 332). Así mismo, su pensamiento se vería enfocado en la reconciliación de diferencias para evitar conflictos, mostrándose cortés y poco exigente con los demás, incluso cuando estos no son personas de su agrado (VOMACKA, E. J., & IMMELMAN, 2023).
Con respecto a lo anterior, podemos añadir algunos datos del perfil elaborado por POPOV (2019). En primer lugar, sobre esta ingenuidad y tendencia a quitarle importancia a asuntos preocupantes, Popov nos recuerda las respuestas de Zelenski durante su campaña electoral cuando fue preguntado por las negociaciones con Putin o Trump. A estas cuestiones, el entonces candidato respondía con bromas y expresa confusión. Sin embargo, solía explicar que las negociaciones serían una reunión normal, donde preguntas simples les llevarían a acuerdos. Como señala el propio Popov, es evidente una clara subestimación tanto de la situación como del interlocutor.
Sobre su patrón de conciencia, este sería manifestado principalmente por un pensamiento cauteloso. Es así que puede ser descrito como una persona con cierto carácter reflexivo, prudente y metódico. De este modo, puede mostrarse reacio al uso de nuevos métodos y a la toma de riesgos de no tener alguna certeza. En este hacer, se presenta estricto con las normas y procedimientos, aunque esta minuciosidad le lleve con frecuencia a verse paralizado por detalles menos relevantes. En esta línea, tiende a juzgar a los demás por los estándares propuestos por la sociedad y condena la frivolidad y la expresión de emociones, las cuales considera inmaduras. Aun cuando posee un pensamiento pragmático, ordenado y trabajador, este puede carecer de otras cualidades como la flexibilidad, la creatividad o imaginación (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 515-516; MILLON & EVERLY, 1985, p. 33). Por otro lado, este patrón también se reflejaría en unos firmes principios morales, intolerancia hacia aquellos que no siguen las normas y una notable capacidad para perseverar en situaciones difíciles (VOMACKA, E. J., & IMMELMAN, 2023).
Acerca de la influencia del patrón anterior, procedemos a presentar algunos elementos destacados en el perfil postulado por PYVOVARENKO (2019):
Por un lado, en lo que respecta a su baja tendencia a la asunción de riesgos, encontramos los siguientes datos relacionados. Según el autor, mostraría tendencia a considerar sus “gustos y disgustos personales” en lo que se refiere a los contactos comerciales. Esto, unido a su marcado respeto por las personas de negocios que se muestran leales, prudentes, tranquilas y que “saben traer disciplina y orden”, podría servirle como certeza suficiente para llevar a cabo sus planes.
Por otro lado, aporta información sobre su intolerancia hacia aquellos que no respetan las normas. En este respecto, PYVOVARENKO (2019) observa en Zelenski un gusto por identificar y exhibir a las personas deshonestas. Como indica el autor, esto se vería evidenciado en sus denuncias a la corrupción política. Una vez reconocidos estos individuos, el perfil sostiene que trataría de “estigmatizar” a los ejecutores de estas infracciones, ya sean estas de carácter legal o moral. De este modo, pretende aplicar sobre ellos “todo el poder de la opinión pública y de las estructuras de poder”. Esta rotundidad frente a la amoralidad es destacada en el texto por la siguiente cita de Zelenski: “El que no pague impuestos irá a la cárcel”.
En cuanto a su patrón subsidiario de dominación, su influencia quedaría evidenciada principalmente en un modo de pensamiento obstinado. Siendo más específicos, nos encontraríamos con un individuo firme, honesto, empático y de sólidas creencias que defiende enérgicamente (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 484-485).
Sobre lo anterior, creemos conveniente añadir lo expuesto por POPOV (2019), quien afirma que Zelenski apenas muestra una agresividad activa. No obstante, mostraría esta dureza a través de expresiones más defensivas y tenaces, como son: “defenderé mis intereses” o “no permitiré la presión”.
El siguiente punto trata sobre la manifestación de su patrón de extraversión en lo referente a su estado de ánimo. La principal característica de este patrón sería la expresividad emocional, lo que se evidencia a través de su actitud afectivamente responsable, animada y desinhibida (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 370-371).
Sobre lo anterior, POPOV (2019) señala un elevado nivel de empatía y simpatía en el Presidente. Sin embargo, advierte de que en algunas situaciones esta expresión llega a ser excesiva, exagerada y fingida, lo que puede observarse como un intento de querer causar una buena impresión. Por su parte, PYVOVARENKO (2019) describe a Zelenski como una persona sensible al sufrimiento humano, citando las siguientes palabras de su discurso: “No se puede ser feliz entre gente muy mala”.
En lo que respecta a su patrón de ambición, este se destaca por su saber estar en situaciones sociales. Es decir, nos encontramos frente a una persona que se muestra tranquila, impasible y optimista al relacionarse con otros, aunque fría y racional cuando está bajo presión (MILLON & DAVIS, 1996, p. 408; MILLON & EVERLY, 1985, pp. 32, 39).
En cuanto a su patrón de intrepidez, este sería principalmente expresado por una conducta firme, tenaz y visiblemente calmada, incluso bajo presión (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 448-449, 449-450; MILLON & DAVIS, 1998, p. 164).
Con respecto a su patrón de acomodación, este se manifestaría en un estado de ánimo apacible y un temperamento preeminentemente pacífico. De esta forma, nos encontramos con un individuo con tendencia a evitar las tensiones y los conflictos interpersonales (MILLON & DAVIS, 1996, p. 334).
Sobre su patrón de conciencia, este sería reflejado en el control de sus estados de ánimo. Por consiguiente, actuaría como una persona sensata, seria y apenas mostraría emociones intensas (MILLON & DAVIS, 1996, p. 518; MILLON & EVERLY, 1985, p. 33).
Para terminar con los elementos que componen su temperamento, hablamos de su patrón subsidiario de dominación. Este se hace patente en un cierto grado de irritabilidad, lo que se manifestaría a través de ligeras dificultades para controlar su respuesta emocional (MILLON & DAVIS, 1996, p. 468; MILLON & EVERLY, 1985, p. 32).
Por lo que se refiere a la visión que tiene de sí mismo, encontramos que el patrón de extraversión le haría considerarse como una persona socialmente deseable y encantadora. Debido a su puntuación en la escala de extraversión, podemos observar en su propia percepción la intensificación de algunos aspectos de forma situacional. Particularmente, se observaría como una persona gregaria, interesante y popular. En vistas de esta percepción propia, muestra confianza en sus habilidades sociales. En lo que respecta a su perfil político, las personalidades extrovertidas se ven fuertemente atraídas por la sensación de reconocimiento y confirmación del valor propio que le proporcionan las alabanzas de las multitudes (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 369, 371; MILLON & EVERLY, 1985, p. 33).
En cuanto a la influencia de su patrón de ambición en su percepción propia, encontramos como principal expresión una notable confianza. Esto es exhibido en la certeza de sus decisiones, siendo estas sostenidas por sus fuertes convicciones y sólidas creencias en sus capacidades (MILLON & DAVIS, 1996, p. 406). Esta filosofía se vería reflejada también en su forma de percibir a los demás, ya que como indica PYVOVARENKO (2019), el Presidente ucraniano muestra un notorio respeto por aquellos que defienden sus ideales hasta el final.
En lo que se refiere a su patrón de intrepidez, este es principalmente evidenciado en la gran confianza que muestra en sus propias capacidades. Esta imagen le hace verse como alguien independiente y autosuficiente. En este sentido, se muestra orgulloso de su fortaleza, de su aptitud y de su capacidad de valerse por sí mismo. Al igual que da esa gran importancia a no depender del apoyo social, espera que los demás tampoco lo hagan (MILLON & DAVIS, 1996, pp. 447, 449-450; MILLON & DAVIS, 1998, p. 164).
Sobre su patrón de acomodación, este se expresaría principalmente en una visión de sí mismo caracterizada por la cooperación. De esta forma, se percibe a sí mismo como alguien atento, considerado y modesto en sus aspiraciones (MILLON & DAVIS, 1996, p. 333).
En lo que respecta a su patrón de conciencia, este le haría considerarse como una persona confiable por su seriedad. Es así que se ve como un individuo responsable, disciplinado, fiable, diligente y eficaz (MILLON & DAVIS, 1996, p. 516).
Por último, hablaremos de la influencia de su patrón subsidiario de dominación. La característica central de su expresión es su autopercepción como persona honesta, atrevida, con confianza para expresar lo que piensa y no estar condicionada por sus emociones, a las cuales parece no dar tanta importancia (MILLON & DAVIS, 1996, p. 485; MILLON & EVERLY, 1985, p. 32). Este carácter sincero también es advertido en el perfil elaborado por PYVOVARENKO (2019), quien afirma que Zelenski demuestra abiertamente sus emociones y sentimientos, haciendo evidente lo que le gusta y lo que le desagrada.
En vistas de su prominente patrón de extraversión encontramos, aunque marginalmente aplicable a Zelenski, el uso situacional del mecanismo de auto-distracción. De este modo, gestionaría el estrés de forma ocasional a través de la realización de actividades mecánicas y lúdicas, como juegos o actividad física, las cuales no requieran una notable atención. Pese a que las actividades de ocio pueden ser una manera sana de gestionar el estrés, estas pueden conllevar problemas con respecto a su rol político cuando son utilizadas para eludir el afrontamiento de pensamientos, sentimientos o acciones desagradables (MILLON & DAVIS, 1996, p. 370).
Basándonos en su prominente patrón de extraversión, volvemos a explorar su influencia en la personalidad de Zelenski. Sin embargo, en este caso, lo haremos en relación con las nociones que componen su ideario. En su estructura mental encontramos, de forma situacional, una representación de ideas caracterizada por una naturaleza superficial. De esta manera, los individuos marcadamente extrovertidos buscan activamente atención, estímulos y emociones, probablemente para llenar un vacío interior. En lo que respecta al perfil político, estos individuos suelen disfrutar de la atención internacional y prosperar gracias a la emoción de la vida política (MILLON & DAVIS, 1996, p. 370).
Para empezar, explicamos el origen de esta identificación con el concepto “Extravertido enérgico”. Este término se debe a la combinación de una notable presencia de un patrón de extraversión y, a su vez, un destacado patrón de ambición. Dado que estos rasgos no han sido reflejados en las escalas de manera patológica, debemos entender su comportamiento como adaptativo y sano. Es por esto que procedemos a recopilar los aspectos que consideramos más acordes al Presidente ucraniano, basándonos en el perfil patológico complementario proporcionado por MILLON y DAVIS (2000, p. 242). Así pues, su comportamiento como líder estaría caracterizado por transmitir alegría, atractivo, energía, encanto, ímpetu, intensidad y optimismo. Aunque marcadamente positivas, de forma infrecuente, estas emociones podrían llevarle a actuar de forma impulsiva y sin considerar las consecuencias.
En este apartado, procedemos a hacer uso de los datos recogidos para identificar su tipología en el modelo de orientación de roles de política exterior de Margaret Herman (1987). En este, en vista de su respeto a las normas, su apertura a oír a los demás y su enfoque principalmente centrado en lo relacional, podemos identificar su actuación como liderazgo colegiado. Según Hermann, en este: “El foco de atención está en reconciliar diferencias y generar consenso, en ganar prestigio y estatus empoderando a otros y compartiendo la responsabilidad” (HERMANN, 2003, p. 185). Sobre este estilo de liderazgo, HERMANN lo habría descrito con anterioridad como mediador / integrador (1987) y acomodaticio (1999/2002).
En lo que toca a este estilo de liderazgo podemos añadir una referencia directa por parte de PYVOVARENKO (2019), quien además destacó su habilidad para involucrar a otros en la cooperación, inspirarlos y dirigirlos. Como muestra de lo anterior, el autor expuso dos elementos ilustrativos. Por un lado, subrayó como ejemplo las declaraciones de Zelenski en las que planteaba la realización de referéndums para decidir el destino del Donbás. Por otro lado, citó las siguientes palabras como muestra de su habilidad para motivar a la colaboración: “Escribiremos mi programa junto con ustedes”.
En cuanto a su visión colegiada, podemos señalar en Zelenski una perspectiva en la que los conflictos internacionales “pueden resolverse a través de políticas de terceros y que la propia nación (y uno mismo) puede ganar prestigio jugando un papel de ‘buen samaritano’ o pacificador” (HERMANN, 1987, p. 168). Esta posición evidencia su carácter relacional e integrador, donde se refleja su apertura a la colaboración con terceros y la búsqueda de métodos conciliadores.
Por lo que se refiere a su estilo político, este se caracteriza por su capacidad para la escucha y su habilidad para ver las diferentes caras de un mismo problema. En lo que respecta a su implicación en el desarrollo de políticas, trata de pasar desapercibido, ejerciendo sus competencias sin que parezca controlar a los demás o interferir con ellos. En cuanto a su implicación directa, el Presidente ucraniano mostraría preferencia por el uso de técnicas para crear consenso y conservar la unidad del grupo (HERMANN, 1987, p. 169).
Para comenzar, presentaremos de forma breve ciertas peculiaridades psicológicas de los perfiles previamente desarrollados. A partir de estas, pasaremos a deducir algunos de los rasgos que, de estar presentes en el mediador, supondrían una facilitación del entendimiento con las partes. Así pues, trataremos de observar las posibles problemáticas en referencia a sus perfiles relacionales y tratar de vislumbrar en ellas una oportunidad para la comunicación.
Por un lado, encontramos a Vladimir Putin. Si bien el perfil del Presidente ruso refleja una naturaleza radical, de actitud cerrada y que parece permitir poco margen de actuación, entre sus líneas hemos podido desentrañar dos puntos de gran relevancia a considerar.
En primer lugar, señalamos su marcado y explícito odio a la debilidad. Debido a la amplitud de este concepto y sus múltiples interpretaciones, esclarecemos su visión de este término recordando de forma concisa las diversas menciones realizadas a lo largo de su perfil. De este modo, yendo más allá de la afirmación absoluta de URRA (2021) en la que percibe a todo el mundo como débil, encontramos diversos indicadores que en su pensamiento se asocian con la debilidad. Por tanto, examinando estos factores podemos ilustrar con mayor profundidad una figura que, aún pudiendo ser considerada como débil por Putin, sea percibida con relativa fuerza y, por consiguiente, merecedora de un mayor respeto.
Aclarado lo anterior, estos indicativos permiten realizar un acercamiento realista a este tema. Por una parte, encontramos una firme condena hacia aquellos que muestran abiertamente sus sentimientos, se dejan llevar por sus emociones y se presentan dependientes de terceros. Por otra parte, observamos cierto grado de desprecio hacia aquellos que no se muestran firmes, duros, serios y con confianza en sí mismos y sus convicciones.
Como resultado de la anterior síntesis, inferimos de manera general algunos de los rasgos de personalidad necesarios para reflejar esta imagen de seriedad y fortaleza a los ojos del dirigente ruso. En definitiva, el mediador debería presentar de forma destacada los patrones de dominación, ambición, conciencia, retraimiento y cierta intrepidez. Como es evidente y sin demasiado asombro, encontramos que estos mismos patrones son los exhibidos por Vladimir Putin. Considerando la propia imagen que el Presidente ruso posee de sí mismo, podemos tener cierta certeza de lo acertadas que se presentan nuestras deducciones.
En segundo lugar, destacamos su marcado rechazo hacia Occidente. A lo largo de las líneas en las que hemos desarrollado su perfil psicológico, hemos advertido ciertas inclinaciones ideológicas. Entre estas, podemos resaltar sus viscerales sentimientos de patriotismo y sus intensas convicciones cristiano-ortodoxas. Así pues, los anteriores elementos, unidos al bagaje histórico colectivista de dicho Estado, conforman lo que él mismo defiende y promueve como los valores tradicionales en Rusia (traditsiónnyye tsénnosti v Rossii). Para estos, la cultura Occidental representa una amenaza y su influencia supone la decadencia de la sociedad. Es por esto que creemos conveniente que el mediador presente cierto grado de conocimiento y respeto por estos valores, aunque no los comparta en su totalidad. Aun cuando lo anterior pueda parecer algo obvio, es importante tenerlo en cuenta para que ninguna de sus características dé lugar a una negativa tajante por parte del Presidente ruso. En línea con lo anterior y unido al punto previo, recordamos que por ejemplo la homosexualidad es considerada parte de esta decadencia de la cultura y, en la mente de Putin, se interpreta como una “falta de virilidad”. Por consiguiente, pese a las grandes habilidades que pueda poseer el eventual mediador, podría ser descartado de manera categórica por este simple hecho que a priori podría considerarse como irrelevante. En resumen, creemos que tendría una mayor aceptación por parte del dirigente ruso un mediador no perteneciente a la cultura europea y que tuviese un perfil defensor de valores tradicionales o conservadores.
A pesar de la optimista perspectiva de poder hacer uso de estos elementos para propiciar una mayor oportunidad para la mediación, sería ingenuo por nuestra parte no considerar las otras muchas características mencionadas en referencia a la compleja personalidad del Presidente ruso. En este sentido, reconocemos que la naturaleza extrema de sus rasgos se presenta como un verdadero desafío para un proceso comunicativo. Sin embargo, confiamos en que estos factores expuestos, junto con los que serán presentados en las siguientes líneas, sirvan como apoyo a las habilidades y características del mediador propuesto. De este modo, esperamos que la combinación de estos aspectos se entienda como un medio para construir un ambiente y proceso comunicativo que ayude a vislumbrar un camino hacia la paz, o al menos, sirva como base y soporte para este lejano pero tan deseado objetivo.
A continuación, examinaremos el perfil de Volodímir Zelenski. En contraste con el caso anterior, nos encontramos frente a un individuo de notable cordialidad, apertura al diálogo y destacada tendencia conciliadora, tanto en sus rasgos psicológicos como en su estilo de liderazgo. Aún considerando la facilitación que supone para el proceso contar con una parte con estas características, creemos convenientes resaltar ciertos aspectos que pueden ayudar a construir una mediación más personalizada y próspera. Conforme a lo anterior, procedemos a exponer algunos elementos de su perfil y proponer medidas en consonancia con esta idea.
En primer lugar, trataremos la presencia de su patrón de acomodación. Si bien este rasgo es parte de ese carácter cooperativo de Zelenski, también supone una cierta tendencia a la evitación del conflicto y a ceder en las negociaciones. Y es que, aun cuando lo consideramos en conjunto con sus otros patrones y valoramos la disminución de esta propensión por la influencia de los mismos, la diferencia con su contraparte en cuestiones de imposición sigue siendo desmedida. Así pues, advertimos la necesidad de unas características en el mediador que le permitan mantener un equilibrio entre las partes, mostrándose firme y actuando con entereza para que tanto la comunicación como los acuerdos sean constituidos de forma conjunta y participativa. En lo que respecta a los patrones utilizados para la descripción de los perfiles previos, estaríamos considerando en el eventual mediador la presencia marcada de los patrones de dominación y ambición.
En segundo lugar, podemos considerar su tendencia a valorar sus gustos personales a la hora de trabajar con otras personas. A este respecto, advertimos en su perfil una mayor estima hacia las personas íntegras, que siguen las normas establecidas, que se muestran serias y confiables y que expresan seguridad en sus talentos para innovar. De esta forma, creemos que un mediador con unas determinadas características fomentará tanto la participación como la predisposición al diálogo por parte del Presidente ucraniano. Estas características mencionadas serían reflejadas en un individuo con un manifiesto patrón de conciencia e intrepidez.
En tercer lugar, basándonos en las características psicológicas de Zelenski y la dramática situación que atraviesa Ucrania, pensamos que sería adecuada la elección de un mediador que posea o muestre sensibilidad ante el sufrimiento humano. En cuanto a esta cualidad, la consideramos como favorecedora debido a la necesidad de validación y reconocimiento que el dirigente ucraniano demanda sobre el sufrimiento de su pueblo. Creemos que la consideración de este aspecto no solo daría lugar a una mayor predisposición por parte de Zelenski, sino que además supondría dos hechos a destacar. Por un lado, esta condición propiciaría la búsqueda de medidas humanitarias que tratarían de reducir y paliar el sufrimiento producido por la guerra. Por otro lado, el hecho de no ignorar esta violenta realidad supone una consideración más completa del conflicto, lo que puede reflejar una mayor implicación en el mismo. Además, de ser ignorado este significativo aspecto, se corre el riesgo de provocar una respuesta negativa y cerrada por parte del Presidente ucraniano. La manifestación de esta sensibilidad podemos advertirla a través de diferentes aspectos: podemos valorar las propias características psicológicas del mediador, su implicación por la mediación en el conflicto, asistencia al país o la colaboración con ayuda humanitaria.
En cuarto y último lugar, en relación con las observadas demandas de garantías de seguridad, creemos conveniente que la figura del eventual mediador posea cierto estatus que pueda proporcionar confianza en el proceso. Con respecto a esto, debemos sopesar tanto la influencia del mediador en el panorama internacional como la visión que se tiene del mismo.
Para terminar, antes de finalizar con este punto, creemos conveniente resaltar la importancia de cada uno de estos aspectos que podrían acercar al mediador a las partes. En este sentido, creemos que debemos ser especialmente minuciosos con lo referente a la aceptación del mediador por parte de Vladimir Putin. Si bien ambas partes del conflicto son merecedoras de la misma atención, respeto y dedicación, debemos puntualizar la gran diferencia en cuanto a conflictividad de rasgos psicológicos, disposición a la participación en el proceso y papel activo en el conflicto. Así pues, como es evidente, el Presidente ruso muestra una notablemente mayor conflictividad, una exigua predisposición en comparación con su contraparte y un papel activo y determinante en la invasión, siendo él mismo ideólogo y ejecutor. De este modo, propiciar la implicación del Presidente ruso en el proceso supone un factor clave, siendo la aceptación de un eventual mediador el primer desafío de este complejo procedimiento.
Tras haber abordado a lo largo de los apartados anteriores los elementos fundamentales sobre los que se asienta esta investigación procedemos a señalar, a modo de conclusiones, los siguientes aspectos.
En relación con Vladimir Putin, nos hemos encontrado frente a un individuo con un perfil especialmente complejo. En este, se destaca su extremo carácter dominante y opresivo, su confianza casi narcisista y su desmedida ambición, todo esto unido a una personalidad retraída y profundamente analítica y moralista. Sobre la consideración general del Presidente ruso, creemos conveniente recordar su identificación con el perfil denominado como ejecutor hostil expansionista.
En lo que toca a Volodímir Zelenski, hallamos un perfil notablemente más equilibrado y pacífico. De este modo, con una mayor moderación en sus patrones, podemos advertir en el Presidente ucraniano a un individuo notablemente extravertido, con confianza en sí mismo, tendencia a la cooperación, a seguir las normas y con cierto gusto por las nuevas experiencias. En cuanto a la visión general del dirigente ucraniano, recordamos su categorización como extravertido energético con un estilo de liderazgo colegiado.
Si bien los perfiles expuestos pueden considerarse radicalmente opuestos y difíciles de conciliar, hemos podido observar cómo ciertos elementos complejos de sus personalidades han sido proyectados de manera positiva en el eventual mediador. De esta manera, factores que pueden resultar conflictivos en las partes, como mencionamos anteriormente en la marcada diferencia de sus patrones de dominación, pueden ser equilibrados por la presencia de manera moderada de este mismo patrón en el mediador. En síntesis, hemos tratado de considerar tanto los rasgos que conforman sus personalidades como la forma en la que estos interactuarían con los del mediador. En este proceso, hemos valorado una multitud de factores que podrían interferir, desde cuestiones geopolíticas a necesidades psicológicas y efectos de influencia social.
Finalmente, tras el exhaustivo análisis realizado de los diversos aspectos que componen este complejo conflicto, hemos podido valorar la gran dificultad que supone el proceso de mediación en el ámbito internacional (CONDE Y LUQUE, 2015, pp. 259-260; NACIONES UNIDAS, 2012). En este, cada pequeño factor observado, ya sean cuestiones económicas, políticas, estratégicas o psicológicas pueden suponer una vital diferencia en la mesa de negociaciones (TORRES CAZORLA & DIAGO DIAGO, 2024, pp. 130-132). Es por ello que, tras poner nuestros mayores esfuerzos para encontrar una proposición que se adapte al delicado equilibrio que supone este ámbito, hemos concluido con una elección definitiva.
Así pues, tras la construcción del perfil del eventual mediador idóneo para este conflicto, nos decantamos por proponer a Recep Tayyip Erdoğan, Presidente de la República de Turquía, como principal opción. A continuación, desarrollaremos punto por punto las características que hacen del Presidente Erdoğan el mediador más adecuado para este conflicto.
Para comenzar, contemplaremos las cuestiones psicológicas. En esta línea, recordamos que los patrones más convenientes para la interacción y actuación con las partes se conformaban en un perfil destacado por su dominación, ambición, conciencia, retraimiento e intrepidez. Sobre estas características, debemos destacar la importancia de la presencia de los rasgos de dominación, ambición, conciencia e intrepidez, puesto que son los coincidentes con las necesidades de ambas partes. Aunque desgraciadamente no contamos con perfiles psicológicos tan desarrollados como los expuestos sobre las partes, hemos ideado una forma con la que podremos advertir algunos de estos rasgos en el perfil de Erdoğan. Este método consiste en una especie de “ingeniería inversa”. De esta manera, contando con varios de los perfiles psicológicos de líderes políticos desarrollados por Immelman y, a su vez, un análisis sobre el estilo de liderazgo de Erdoğan, pasaremos a deducir nosotros mismos los patrones que componen su perfil y complementarlo con la información obtenida.
Según el perfil de liderazgo elaborado por TIBOR BÁNYAI (2018, pp. 15-16), el Presidente turco mostraría un tipo de liderazgo denominado como expansionista. Con base en esto, los estudios de IMMELMAN y colaboradores (2017, 2021) sobre personalidades que comparten este liderazgo, nos permiten reconocer como sus principales patrones una alta dominación y carácter introvertido. En lo que respecta a lo postulado en su perfil de liderazgo, podemos observar indicadores de otros patrones. Por una parte, se destacan sus creencias sobre el control de las situaciones, señalando una mayor implicación en la creación de políticas. Esta necesidad de control y tendencia al uso de las normas y reglas establecidas, son un reflejo de la presencia de su patrón de consciencia. Así mismo, se advierte una moderada necesidad de poder, lo que unido al rasgo común entre líderes políticos, nos deja inferir la presencia de cierto patrón de ambición. Por último, se afirma en Erdogan una mayor tendencia a desafiar las normas que a respetarlas, de lo cual podemos deducir la presencia de un mayor patrón de intrepidez. En resumen, los anteriores documentos mencionados y las deducciones realizadas con base en ellos nos permiten establecer una visión general del perfil psicológico de Recep Tayyip Erdoğan. De este modo, nos encontraríamos frente a un individuo cuyos patrones principales serían el de dominación e introversión, siendo estos seguidos por la presencia de intrepidez, ambición y conciencia. La composición de este perfil psicológico presenta las siguientes ventajas: es percibido con mayor fuerza a los ojos de Vladimir Putin, favorece una mayor aceptación por parte de Zelenski y refleja una mayor capacidad para equilibrar las negociaciones.
En segundo lugar, en lo que se refiere al componente cultural mencionado, encontramos ciertas ventajas. Por un lado, Erdoğan presenta un perfil conservador que, aunque no comparte estrictamente los componentes de la cultura rusa o su religión, su cercanía geográfica y orientación ideológica presentan ciertas similitudes. Es por esto que, ya sea por su proximidad o historia compartida, el Presidente turco posee conocimientos e influencias tanto de la cultura rusa como ucraniana.
En tercer lugar, encontramos el componente de sensibilidad al sufrimiento humano. En este sentido, hemos sido testigos de diversas actuaciones por parte de Turquía. Entre ellas se encuentran el apoyo mostrado a Ucrania desde comienzos del conflicto, sus varias proposiciones de mediación y su participación en las mismas para el establecimiento de corredores humanitarios, la reanudación del envío de grano o las propuestas de alto el fuego. Sobre esto, podemos subrayar las palabras que el mismo Erdoğan transmitió al Presidente Putin, en las cuales señalaba la necesidad de “una paz justa para evitar más pérdidas de vidas humanas y más destrucción” (ALONSO, 2023). Además, sobre estas cuestiones humanitarias, creemos conveniente recordar la asistencia que prestaron tanto Rusia como Ucrania en Turquía cuando tuvo lugar el terrible terremoto que asoló el país (ALONSO, 2023b). Como veremos más adelante, este puede ser un importante elemento a tener en cuenta.
En último lugar, en relación al poder del mediador, encontramos su capacidad e influencia para establecer un proceso de mediación que proporcione confianza a las partes. En esta línea, advertimos importantes relaciones tanto económicas como estratégicas y energéticas con las partes, elementos que han supuesto un mayor contacto entre sus líderes y gobiernos. De igual modo, la intervención en el conflicto, su conocimiento del mismo, su experiencia en los anteriores procesos de mediación, su implicación en la defensa de Ucrania y en conservar las relaciones con Rusia, unido todo lo anterior a su condición como miembro de la OTAN, proporcionan a Erdoğan una posición idónea para este proceso (BERCOVITCH & HOUSTON, 2000, pp. 176-184). De esta forma, consideramos que el Presidente turco podría satisfacer esa necesidad de seguridad al reflejar su persona poder y confianza en los diversos ámbitos mencionados.
Para terminar con este apartado y poner fin a nuestro trabajo, expondremos de forma breve ciertos elementos relativos a procesos de influencia social que creemos que pueden tener un papel facilitador en el proceso (OVEJERO BERNAL, 1998, pp. 174-178).
Entre los efectos consultados, podemos advertir en su figura un efecto de autoridad. En este sentido, tanto su destacada posición en el panorama internacional, como su experiencia y conocimientos le hacen ser percibido como un individuo con influencia.
Por otra parte, podemos señalar el efecto de las aproximaciones sucesivas. Según este fenómeno, una persona que cede ante una pequeña petición, posteriormente mostrará una mayor predisposición a ceder ante requerimientos mayores. Creemos conveniente destacar la gran influencia que puede tener este principio, al considerar las diversas mediaciones en las que Erdoğan ya ha participado. De este modo, su capacidad para interactuar con las partes habría crecido con cada una de las pequeñas concesiones obtenidas en el proceso.
Así mismo, encontramos un efecto de compromiso y coherencia. Esta técnica postula que los individuos que se comprometen con una acción o pensamiento tienden a actuar de manera congruente para evitar la disonancia cognitiva. En lo que respecta a Erdoğan, podemos subrayar su actitud comprometida tanto a nivel de mediador como humanitario y político, pudiendo recordar la búsqueda de un bien común y de los diferentes lazos que lo unen con las naciones en conflicto. En relación con las partes, este efecto se haría patente al constituir y comprometerse con las medidas adoptadas en el proceso de mediación.
Por último, advertimos de un efecto de reciprocidad e intercambio. Conforme a esto, una persona suele sentirse obligada a responder a otra con la misma conducta con la que ha sido tratada. En este punto, podemos recordar la ayuda humanitaria que, como comentamos anteriormente, tanto Rusia como Ucrania prestaron a Turquía. De esta manera, el Presidente turco puede verse influenciado por este acontecimiento, reflejado esto en su notable interés por prestar apoyo a ambas partes. En lo que se refiere a la mediación, pensamos que este sentimiento positivo hacia las partes puede ayudar a la construcción de un proceso más justo y equilibrado.
En definitiva, sobre su elección como mediador, hemos podido observar en su persona la confluencia tanto de patrones psicológicos como cuestiones geopolíticas que han ido reafirmando, a nuestro juicio, su idoneidad para actuar en el conflicto. De este modo, confiamos en que nuestro análisis sobre la invasión rusa de Ucrania y los perfiles psicológicos de los líderes involucrados sirvan para apoyar al del Presidente turco en la construcción de un camino hacia la paz, poniendo así fin al terrible dolor que acompaña a los pueblos ruso y ucraniano desde hace ya más de diez años.
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